Siempre hay un pretexto para hablar de la importancia de una buena disciplina para cuidar nuestra salud, y más en la mesa donde solemos arruinar todo nuestro trabajo en el gimnasio. Todos tenemos claro que los mejores pilares para quemar grasa son el entrenamiento de fuerza, una alimentación alta en proteínas, un buen descanso y el cardio en ayunas, por ejemplo; pero luego tenemos que tener en cuenta cierto hábitos, a evitar, y que nos restan puntos a la hora de perder peso.
Alejandro Cánovas, nutricionista de Royal Hideaway Sancti Petri, centra la atención en aquellos hábitos alimentarios que, de manera generalizada, se consideran beneficiosos pese a no serlo en realidad. “La alimentación es el conjunto de acciones mediante las cuales se proporciona sustento al organismo y para que esta pueda ser tildada de saludable, todas han de estar alineadas con una ingesta consciente y equilibrada”, asegura. “Por ello, es importante desarticular mitos que están enraizados en nuestra cultura nutricional”.
“La gran mayoría de desayunos en España carecen de una buena fuente de proteínas y fibra vegetal. Se abusa mucho del pan blanco, de cereales refinados e incluso de repostería. Se ha vinculado el almuerzo y la merienda al dulce, y es difícil corregir este equívoco. Al igual que el resto de comidas, el desayuno ha de ser variado y no cargado con tantos hidratos de carbono”, explica Cánovas.
“Es importante no dejarse llevar por la pauta social de comer cinco veces al día, ya que depende totalmente de la persona y sus circunstancias. La ingesta de alimentos ha de adecuarse a los horarios, la constitución, el estado de salud y las necesidades de cada individuo. De lo contrario, puede llevar a estrés e incluso a un sobreesfuerzo del sistema digestivo”, apunta el experto. Y es que no es lo mismo un perfil deportista con un elevado gasto calórico que alguien sedentario o que padezca, por ejemplo, el Síndrome del Intestino Irritable y deba comer muchas veces al día pero en pequeñas cantidades.
“Mucha gente cree que consumiendo solo fruta por las noches bajará de peso, pero no es cierto. Al final estás ingiriendo azúcar, por mucho que reduzcas las calorías, y puede implicar que te levantes al día siguiente con más hambre, llevándote de manera contraproducente a desayunar el doble o a hacerlo con ansia”, señala el nutricionista.
“Este es un error muy común, creer que el ayuno intermitente consiste en prescindir de calorías de la dieta en vez de redistribuirlas. Para hacerlo hay que tener en cuenta la actividad física y el contexto de cada persona. No sirve de nada ayunar sin meter ejercicio y a la hora de romper esa abstención (normalmente, durante el desayuno), debe ser mediante una comida completa con el aporte calórico adecuado y alimentos saludables”, aclara Cánovas sobre una tendencia que ha de aplicarse correctamente.
“Considerar que, por hacer ejercicio físico, puedes comer cualquier cosa es otro de los grandes mitos. Practicar el run & beer, por ejemplo, es fatídico para recuperarse adecuadamente a nivel muscular, lo que pasa es que los efectos se ven a largo plazo. Lo ideal es recargar con hidratos de carbono, rehidratar con agua y sales minerales, reparar con proteínas, y por supuesto descansar”, concluye Cánovas.