Has oído hablar de ella porque es imposible no hacerlo. La siguen todas las famosas mayores de 50 años (entre ellas, Jennifer Aniston) y sus promesas parecen todo un milagro. La Dieta de la Zona se anuncia como el plan nutricional que promete reducir la inflamación, equilibrar tus hormonas y ayudarte a llegar a los 50 con más energía (y menos grasa abdominal). Pero, ¿de verdad funciona? Vamos a abrir el melón.
Algo pasa con las mujeres de más de 50 años que vemos en las alfombras rojas. No solo por cómo se ven (que también), sino por la vitalidad y el glow que transmiten. Hemos mencionado a Jennifer Aniston, pero no es la única: Sarah Jessica Parker, Demi Moore o Sandra Bullock también tienen el mismo denominador común. Sí, todas ellas han hecho el plan alimenticio que, según sus defensoras, no solo ayuda a controlar el peso, sino que reduce la inflamación y mejora tu salud desde dentro. ¿Magia? No. Ciencia (aunque discutida), disciplina y un poco de equilibrio bien medido.
La creó el bioquímico Barry Sears en los 90 y, desde entonces, ha tenido más de un revival. Pero su mayor momento de gloria lo está viviendo ahora, entre mujeres que cruzan la barrera de los 40 y quieren cuidar su salud hormonal, combatir la fatiga y reducir esa inflamación que se nota en el cuerpo y en la cara.
¿En qué se basa?
Su principal promesa es controlar la insulina y otros desajustes hormonales que, con la edad (y más aún con la llegada de la menopausia), empiezan a pasar factura. Como dice el propio Sears, "la inflamación es el enemigo silencioso del envejecimiento", y mantenerla a raya puede cambiar cómo te ves y cómo te sientes.
Jennifer Aniston ha contado más de una vez que cuida mucho su alimentación, pero también que no sigue dietas extremas. ¿Su truco? Comer equilibrado, evitar los ultraprocesados, priorizar el descanso y mover el cuerpo todos los días. Suena básico, pero funciona.
La Dieta de la Zona no es el secreto de la eterna juventud, pero sí puede ser una herramienta útil si:
No obstante, también hay que tener claro que el equilibrio no empieza en el plato, sino en cómo te relacionas con él. Antes de lanzarte a pesar la pechuga y medir el aceite, pregúntate qué necesita tu cuerpo ahora. Porque lo que le vale a Jennifer Aniston, tu madre o la vecina del quinto puede que a ti te estrese. O te libere. Eso lo decides tú.
2025-04-26T06:03:55Z