La llegada de la primavera es un aliciente en cuanto al estado de ánimo para muchos; sin embargo, no todas las personas comparten la misma emoción. El paso del invierno a la primavera puede causar una breve alteración en el estado de ánimo de algunos jóvenes. Este ajuste está influenciado por varios factores, entre los que el clima juega un papel crucial en el bienestar emocional.
Jessica Caycho, jefa del Servicio de Psicología del Hospital Nacional Alberto Sabogal de EsSalud, explicó en una entrevista a la Agencia Andina que la llegada de una nueva estación, al igual que cualquier alteración en nuestro entorno, puede influir significativamente en nuestro bienestar emocional y físico.
Para algunos, el cambio de estación genera una sensación de desconexión. Mientras el entorno se llena de vida, ellos enfrentan desmotivación, fatiga y una inexplicable falta de energía. Este cambio repentino de estación ha provocado un sinfín de cambios emocionales que vamos a descubrir a continuación:
La depresión y los cambios de humor se presentan notablemente en los pacientes que lo padecen cuando experimentan un cambio brusco de estación.
Foto: Universidad de Chile
En gran medida, esto se debe a que la mayoría de los jóvenes experimentan un agotamiento significativo debido a las rutinas diarias y la presión por cerrar el año de la mejor manera, sumado a los efectos que ha dejado el invierno en su bienestar.
El cambio de temperatura se relaciona estrechamente con el estado de ánimo de los jóvenes, especialmente cuando están bajo presión académica y laboral. Mayormente, en invierno se presentan muchos casos de personas que padecen esta rutina. Estrés, somnolencia y un bajo ánimo o tristeza inexplicable son algunos de los síntomas más recurrentes en su día a día.
“Cuando uno se desadapta al entorno, generalmente hay un desequilibrio emocional. Por ejemplo, si en invierno estuviste tranquilo y ya te estabas adaptando a la situación, este cambio de estación puede hacer que te irrites, te pongas ansioso, que tengas cambios en tus horarios para levantarte o dificultades para estar más activo el resto del día”, comentó la psicóloga en una entrevista a la Agencia Andina.
Cuando hablamos de la llegada de la primavera, inevitablemente cambia la radiación de los días, lo que produce la estimulación de la producción de serotonina y reduce la melatonina, hormonas encargadas de regular los ciclos de sueño-vigilia, el nivel de energía y el estado de ánimo.
Estos cambios hormonales normalmente ocurren en personas que disfrutan de un mayor bienestar emocional o que están equilibradas, provocando, de manera inevitable, una reacción positiva al realizar sus actividades y un semblante más armonioso y alegre. No obstante, en el caso de aquellos que reaccionan de manera diferente, puede provocar una apatía transitoria, acompañada de tristeza, cansancio e insomnio.
En este sentido, la especialista de EsSalud señaló que tanto el aumento de energía como la sensación de apatía sin causa aparente son reacciones normales y temporales que podemos experimentar al comienzo de la primavera.
Pacientes que sufren de trastorno bipolar o síndrome de Asperger son más propensos en reaccionar negativamente ante estos cambios de estación.
Foto: Universidad de Chile
El cambio de estación puede ser un arma de doble filo para las personas que sufren de trastorno bipolar y síndrome de Asperger. Aquellos pacientes con Asperger son propensos a reaccionar de manera negativa hacia el color amarillo, ya que este tono puede resultarles abrumador y provocar ansiedad. Esta reacción puede intensificarse con la llegada de la primavera, cuando el amarillo se vuelve más predominante en la naturaleza y el entorno urbano.
Además, el cambio de luz y el aumento de la actividad social que caracteriza a esta temporada pueden ser desafiantes para quienes tienen Asperger, ya que pueden encontrar difícil adaptarse a estos cambios. Los estímulos sensoriales, como los colores brillantes y el bullicio de la primavera, pueden causarles incomodidad, lo que puede resultar en un aumento del estrés y la frustración.
Por otro lado, las personas con trastorno bipolar pueden experimentar cambios en el estado de ánimo en respuesta a las variaciones estacionales. Mientras que algunas pueden sentir un aumento de energía y motivación, otras pueden enfrentar desánimo o síntomas maníacos.
Según Ana María Zamalloa Torres, psiquiatra del Hospital Nacional Víctor Larco Herrera, es más común que los pacientes con trastornos bipolares experimenten un incremento de energía y euforia durante la primavera, en contraste con el letargo y la falta de motivación que suelen prevalecer en invierno. Este cambio estacional puede influir positivamente en su estado de ánimo, aunque es importante que mantengan estrategias de manejo para evitar posibles altibajos emocionales.
“Si una persona ha tenido depresión o tiene depresión de manera recurrente, los pacientes bipolares o de otros trastornos afectivos tienen mayor tendencia a cambiar su ánimo con los cambios de estación. Por ejemplo, al inicio de la primavera pueden mostrarse un poco más alegres o motivados, en comparación con la llegada del invierno, cuando estaban más desganados”, precisó.
Cabe precisar que los cambios de ánimo pueden ser diferentes cuando sucede un cambio de estación. La sensación de cansancio, problemas para dormir, debilidad al despertar, la falta de energía para cumplir con tus actividades del día a día, la pérdida de apetito y la apatía social marcada son síntomas que se presentan en algunas personas que aborrecen la idea de vivir a la primavera. Este desajuste emocional puede ser más notorio en quienes sufren de trastornos afectivos o que han experimentado episodios de depresión, lo que les hace percibir el cambio de estación como un factor estresante.
Para contrarrestar estas alertas, lo recomendable sería priorizar el autocuidado y la automotivación. Esto ayudará a regular la presencia el ritmo de vida que, en ocasiones, se ve alterado por las demandas externas y la presión social. Establecer rutinas de bienestar, como la práctica de ejercicio regular, técnicas de relajación y actividades que fomenten la creatividad, puede ser fundamental para mantener un equilibrio emocional.
Por último, las actividades enfocadas en el desarrollo personal son, por lo general, las más practicadas con el fin de liberar el estrés acumulado y fomentar un estado mental más saludable. Estas actividades pueden incluir ejercicios físicos, como el yoga o el entrenamiento cardiovascular, que no solo ayudan a mejorar la salud física, sino que también liberan endorfinas, conocidas como las "hormonas de la felicidad".
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