¿El vino es bueno para la salud? Conoce los beneficios para tu salud comprobados científicamente. Eso sí, recuerda que se trata siempre de un consumo moderado para que funcionen.
El vino es una bebida hecha de uva, gracias al proceso de fermentación. Muchas personas recomiendan una copa con las comidas, pues mejora el sabor de las mismas; incluso trae otras utilidades en el consumo.
Si quieres gozar de una copa de vino, también te conviene saber el mejor momento para beberla. Incluso el porqué quizá a veces no sea tan buena idea.
Te contamos por qué el vino es bueno para la salud, así conocerás los beneficios que tienen. Recuerda que cualquier decisión que tomes, debes consultarla con tu médico. Y el exceso de alcohol puede provocar graves consecuencias para la salud.
Estudios y recomendaciones de expertos coinciden en que el momento ideal suele estar relacionado con las comidas principales, ya que esto facilita la absorción de los antioxidantes y minimiza los efectos negativos del alcohol en el cuerpo.
Según la Fundación Española del Corazón, el consumo moderado de vino durante las comidas, especialmente en la comida o la cena, puede ser beneficioso para la salud cardiovascular.
Consumirlo junto con alimentos ricos en grasas saludables o proteínas ayuda a metabolizar el alcohol de manera más eficiente, minimizando el impacto negativo en el hígado y evitando picos abruptos de azúcar en la sangre.
El vino tinto, en particular, suele ser más beneficioso cuando se bebe con la cena, ya que el cuerpo tiene más tiempo para digerir los alimentos y el alcohol antes de acostarse, lo que puede reducir los riesgos de problemas digestivos o de sueño.
Sin embargo, hay un punto en el que coinciden los expertos y es que no se debe consumir vino justo antes de dormir.
Aunque el alcohol tiene un efecto sedante inicial, puede interrumpir las fases profundas del sueño.
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Especialmente el vino tinto, contiene polifenoles, antioxidantes que se encuentran en la piel de las uvas. Estos ayudan a proteger las arterias, reduciendo la inflamación y mejorando la función endotelial (la capa que recubre los vasos sanguíneos).
El consumo moderado de vino tinto puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares.
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El vino es una fuente rica en antioxidantes, que son compuestos que protegen las células del daño causado por los radicales libres.
Los polifenoles presentes en el vino, como el resveratrol y los flavonoides, ayudan a reducir el estrés oxidativo, lo que protege las células y tejidos del daño y promueve una mejor salud general.
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El vino tinto también puede tener un impacto positivo en el control del azúcar en la sangre, especialmente en personas con diabetes tipo 2.
Se ha demostrado que el resveratrol mejora la sensibilidad a la insulina, lo que permite que el cuerpo utilice mejor la glucosa y regule los niveles de azúcar en la sangre de manera más eficiente.
Según estudios, el consumo moderado de vino tinto puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, siempre que se integre en un estilo de vida saludable y una dieta balanceada.
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El vino también ha sido relacionado con una mejor salud cerebral y una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.
Los antioxidantes presentes en el vino pueden proteger las neuronas del daño oxidativo y reducir la inflamación cerebral. Además, los flavonoides ayudan a mantener la salud de los vasos sanguíneos, lo que facilita un mejor flujo sanguíneo al cerebro.
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Aunque el alcohol en exceso está relacionado con un mayor riesgo de cáncer, algunos estudios han demostrado que el consumo moderado de vino tinto puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de colon y el cáncer de próstata.
El resveratrol y otros compuestos antioxidantes del vino inhiben el crecimiento de células cancerígenas y previenen la formación de tumores.
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