UN EXPERTO HABLA DEL "PAN DE LA LONGEVIDAD" QUE SE CONSUME EN LAS ZONAS CON MáS ESPERANZA DE VIDA DEL MUNDO

El pan es un ingrediente que perfectamente puede formar parte de una dieta equilibrada porque aporta nutrientes esenciales. El problema es que existe mucho desconocimiento en torno al producto en sí y tampoco ayuda el hecho de que haya sido demonizado por su aparente relación con el aumento de peso.

Fijarse en los ingredientes, como por ejemplo el tipo de harina, en su proceso de elaboración y si es artesanal o industrial puede marcar la diferencia a la hora de que el pan sea un alimento más o menos beneficioso para el organismo. Pero el mensaje que se lanza es erróneo.

De esto sabe mucho Dan Buettner, periodista, escritor y explorador de National Geographic, famoso por ser unos de los mayores expertos en longevidad y creador de las denominadas zonas azules, es decir, regiones donde confluyen una serie de características que hacen posible una mayor esperanza de vida y un elevado número de personas centenarias.

En la actualidad, Okinawa (Japón), Ikaria (Grecia), Loma Linda (California, EEUU), Península de Nicoya (Costa Rica) y Cerdeña (Italia) conforman el mapa de la longevidad, siendo esta última el origen de todo, gracias a una investigación demográfica pionera, publicada en Journal of Experimental Gerontology, hace ahora un par de décadas.

El caso es que, retomando la cuestión que nos ocupa, Buettner explica que los nutrientes “confunden a la gente”. “De hecho es un mensaje peligroso decirle a la gente que evite los carbohidratos. Las gominolas y las lentejas son carbohidratos por ejemplo. Incluso hay un mensaje erróneo en relación al pan. Y en las zonas azules consumen mucho pan”, asegura el experto.

“Sin ir más lejos -prosigue- la ingesta de calorías de los hombres que más años han vivido en la historia de la humanidad, procedentes de Cerdeña, hasta 1990 procedía en un 60% del pan y de la pasta. Es muy difícil ignorar eso, pero la gente dice oh pan, es un carbohidrato peligroso. Así pues es demasiado contundente decir que no consuman carbohidratos”.

El pan de la longevidad

Y es que el denominado sabio de la longevidad rompe una lanza en favor de este producto y poner como ejemplo precisamente el que se elabora en la isla italiana. “La gente habitualmente habla mal del pan, diciendo que es un mal hidrato de carbono, pero por ejemplo el pan que se hace en Cerdeña, una de las zonas azules, es un buen carbohidrato”, explica.

“Es pan de masa madre fermentada, no con levadura sino con lactobacillus, y el resultado es que tiene muy poco gluten. También se metaboliza mucho más despacio. De hecho, reduce la carga glucémica de las comidas un 25 por ciento. Así pues, el secreto de la longevidad puede ser también comer un buen pan de masa madre”, concluye Buettner.

Y no le falta razón al experto. No porque el pan o la pasta sea mejor o peor, sino porque existe mucho desconocimiento. No son lo mismo los cereales refinados, las bebidas azucaradas y los dulces que los cereales integrales, las frutas y las verduras. La calidad y el origen de los carbohidratos es relevante y algo que no termina de calar entre un determinado sector de la población. No todo el pan es malo. Se trata de saber elegir.

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