CONOCE LOS CAMBIOS EN LA DIETA NECESARIOS PARA EL HíGADO GRASO

El hígado graso, también llamado hepatopatía grasa no alcohólica, es un problema hepático que afecta a personas que beben poco o nada de alcohol y que, por lo general, sufren obesidad.

Esta enfermedad se produce porque existe mucha acumulación de grasa en el hígado. Si bien no presenta síntomas, cuando lo hace pueden ser los siguientes: cansancio, malestar general y dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen.

En la actualidad, no existen tratamientos médicos que reviertan esta patología. Sin embargo, los hábitos saludables son los mejores aliados para prevenir y tratar esta condición.

En este sentido, el Colegio Americano de Gastroenterología (ACG) recomienda a quienes padecen de hígado graso que pierdan peso, en caso de tener sobrepeso, aumenten los niveles de actividad física, eviten el consumo de alcohol y lleven una dieta balanceada.

Por su parte, los Institutos Nacionales de Salud de los EEUU aseguran que la enfermedad del hígado graso se puede prevenir con una alimentación sana donde se limite el tamaño de las porciones para controlar el peso corporal.

Además, señalaron otros cambios en la dieta que son necesarios para el hígado graso:

  • Limitar la ingesta de grasas: al ser altas en calorías, aumentan la probabilidad de desarrollar obesidad.
  • Reemplazar las grasas saturadas y grasas trans: lo mejor es optar por grasas insaturadas, especialmente ácidos grasos omega-3, ya que reduce el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.
  • Comer alimentos con un índice glucémico bajo: esta medida ayudará a controlar los niveles de azúcar en sangre y prevenir la diabetes tipo 2.
  • Evitar alimentos y bebidas que contengan azúcares simples: la fructosa se encuentra en los refrescos endulzados, bebidas deportivas, té endulzado y jugos, y aportan grandes cantidades de calorías.
  • Minimizar el consumo de alcohol: esta ingesta puede dañar aún más el hígado.

El hígado graso se puede tratar mediante una alimentación saludable que contenga alimentos ricos en vitamina C, como kiwi, frutas rojas, piña, pimientos, brócoli, entre otros, y vitamina D.

Varios estudios comprueban que se debe mantener niveles adecuados de este último nutriente ya que su deficiencia en el organismo aumenta las probabilidades de desarrollar esta enfermedad. Por esta razón, es fundamental incorporar yema de huevo y pescados como salmón y atún a los platos diarios.

Si te preguntas cuál es la mejor dieta para el hígado graso, pues bien la mayoría de las investigaciones científicas revelan que es la mediterránea. Este tipo de alimentación es rico en grasas monoinsaturadas así como ácidos grasos omega-3 y baja en carbohidratos.

Por esta razón, si padeces esta afección debes consumir aceite de oliva, nueces, frutas, verduras, legumbres y pescado.

El hígado graso aparece cuando se acumula mucha grasa en las células hepáticas. Existen varios factores que pueden causar o contribuir su desarrollo: obesidad, exceso de grasa abdominal, resistencia a la insulina e ingesta elevada de carbohidratos refinados.

Otras causas pueden ser: el consumo de bebidas azucaradas y deterioro de la salud intestinal. Por esta razón, es importante hacer algunos cambios alimenticios para mejorar el hígado graso o evitar su aparición.

  • Limitar el consumo de carnes rojas y alimentos fritos.
  • Evitar consumo de carnes grasas, embutidos y vísceras.
  • Dejar de consumir leche entera, nata, queso y mantequilla.
  • Evitar el consumo de alimentos azucarados.
  • Limitar la ingesta de bebidas alcohólicas.
Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.

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