ESTE ANáLISIS DE SANGRE PUEDE DETECTAR LA ARTROSIS OCHO AñOS ANTES QUE UNA RADIOGRAFíA
La artrosis es una dolorosa enfermedad que desgasta las articulaciones. Se estima que alrededor de 528 millones de personas viven con esta afección en todo el mundo. Aunque no existe una cura, un análisis de sangre es capaz de detectar la artrosis hasta ocho años antes que una radiografía.
¿Cómo se diagnostica la artrosis en la actualidad?
El dolor, hinchazón o dificultad para mover la articulación afectada son uno de los primeros síntomas de la artrosis, una enfermedad degenerativa que desgasta articulaciones como las manos, caderas y rodillas. Sin embargo, hasta hoy solo existía un método de detección que es la radiografía.
Las radiografías identifican cambios en las articulaciones, como estrechamiento del espacio articular y formación de osteofitos. En algunos casos, se pueden requerir estudios más avanzados como la resonancia magnética para obtener detalles más precisos de los tejidos blandos y del cartílago.
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De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 528 millones padecen artrosis a nivel mundial. El 73 por ciento de las personas con artrosis son mayores de 55 años y el 60 por ciento son mujeres.
¿Qué análisis diagnostica artrosis años antes que la radiografía?
Investigadores de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, Estados Unidos, identificaron biomarcadores en un suero sanguíneo que puede pronosticar la osteoartritis antes de que sea detectable a través de rayos X. El hallazgo fue publicado en la revista médica Science Advances.
Debido a que no existe una cura para tratar la artrosis, este descubrimiento podría revolucionar la detección temprana y el tratamiento de la enfermedad, ya que este análisis puede predecir la artrosis con hasta ocho años de antelación, ofreciendo una precisión del 77% en sus predicciones.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron muestras de sangre de un grupo de 200 mujeres, entre 45 y 65 años, quienes no tenían historial de artritis reumatoide, gota o lesiones de rodilla severas, como parte del estudio Chingford 1.000 Women en el Reino Unido.
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Al comparar las muestras de aquellas que desarrollaron artrosis de rodilla durante un seguimiento de 10 años con un grupo de control, los investigadores identificaron hasta seis biomarcadores clave que no solo predijeron su aparición con alta precisión sino que también estaban activos en el cartílago antes de que aparezca daño estructural en radiografías.
¿Cómo se trata la artrosis?
Actualmente, la artrosis no tiene cura. Sin embargo, existen tratamientos que ayudan a reducir los síntomas para mejorar la calidad de vida, entre ellos los siguientes:
- Tanto los analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) ayudan a controlar el dolor y la inflamación. Medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno pueden ser eficaces, pero es importante seguir las indicaciones médicas para evitar efectos secundarios a largo plazo.
- La fisioterapia ayuda a fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones afectadas, mejorando la movilidad y reduciendo el dolor. Además, técnicas como la termoterapia (aplicación de calor) o la crioterapia (uso de frío) pueden proporcionar alivio sintomático.
- En casos de dolor severo, las inyecciones de corticosteroides o de ácido hialurónico pueden ser recomendadas para reducir el dolor y mejorar la movilidad. Sin embargo, el número de inyecciones por año es limitado debido a posibles efectos adversos.
- Cuando las opciones menos invasivas no son suficientes para controlar los síntomas, la cirugía puede ser una alternativa efectiva. El reemplazo de la articulación cambia la articulación dañada por una artificial, proporcionando un alivio significativo del dolor y una mejora en la movilidad.
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Este hallazgo podría desarrollar tratamientos preventivos para interrumpir el proceso de inflamación de la artrosis antes de que se desarrolle.
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