LA CLAVE DEFINITIVA PARA PERDER GRASA Y ESTAR MáS DEFINIDO TIENE MáS QUE VER CON TU MENTE QUE CON TUS ENTRENAMIENTOS

Con la llegada del buen tiempo y el verano cada vez más cerca, muchos nos proponemos como meta perder grasa, pero conservando el músculo que llevamos meses trabajando en el gimnasio. Aunque no haya nada de malo en marcarnos objetivos físicos, sí que debemos procurar hacerlo de una forma sana y que no deteriore nuestra salud, ni mental ni física, evitando a toda costa las dietas milagro y restrictivas.

Para conseguir lo que nos proponemos, necesitaremos armarnos de paciencia y constancia, pero, sobre todo, debemos adoptar también una mentalidad adecuada, que nos permita lograr el físico que queremos, sin arruinar permanentemente nuestro estado de ánimo. Hay seis cambios que debemos hacer en nuestra forma de pensar.

Dejar de ver a la comida como un enemigo

Cuando nos adentramos en un proceso de pérdida de grasa, corremos un riesgo muy grave y es el de acabar desarrollando una mala relación con la comida. Nuestra prioridad ante todo debe ser tener una relación sana con ella, especialmente cuando estamos en déficit calórico. Es fundamental adoptar un punto de vista flexible y positivo.

Claro que para perder grasa tendremos que estar en déficit calórico y consumir menos calorías de las que quemamos, pero ello no quiere decir que tengamos que dejar de comer ni que etiquetemos a los alimentos como malos o buenos. Es importante seguir consumiendo lo que nos apetezca con moderación, priorizando los alimentos más nutritivos y aquellas comidas ricas en proteínas para evitar perder también músculo.

Además, debemos concienciarnos de que seguiremos teniendo antojos de comidas que quizás sean más insanas. No debemos torturarnos por ello y siempre es mejor satisfacer un antojo con moderación que darnos un atracón porque el ignorarlo nos haya producido ansiedad.

Saber que habrá altibajos

Ningún camino es lineal. Siempre habrá altibajos en todo lo que hagamos y, así, también nuestro peso y nuestras medidas también irán fluctuando. Por ello, no solo debemos prestar atención al número que indique la báscula, sino mirar cómo nos encontramos de energía o estado de ánimo, cómo estamos avanzando en el gimnasio o cómo nos queda la ropa.

En lugar de obsesionarnos con conseguir resultados inmediatos, debemos disfrutar del proceso para poder seguir motivados.

Comer de forma consciente

Aparte de priorizar el llevar una dieta equilibrada, debemos trabajar el comer de forma consciente. Por ejemplo, disfrutando de cada bocado, comiendo de forma lenta, prestando atención a las distintas texturas o sabores y saber diferenciar cuándo estamos llenos de cuando no. Esto nos ayudará mucho en el proceso.

De la misma forma, tenemos que procurar comer sin distracciones, para ser capaces de centrarnos en lo que estamos haciendo y disfrutar de ello. Hará que nuestro camino sea más sencillo y que nos sintamos más satisfechos con nuestras elecciones en cuanto a la alimentación.

Evitar comparaciones

Todos pecamos de compararnos constantemente con los demás, especialmente en un mundo en el que solo vemos la vida idealizada de los demás en redes sociales. Hemos de saber de que el progreso de cada persona es único y diferente y que las únicas personas con las que podemos compararnos somos nosotros mismos.

Tampoco vale de nada que el objetivo que nos marquemos sea el cuerpo de otra persona. Nuestra meta debe ser llegar a una versión de nosotros mismos sana y con las que nos sintamos seguros y cómodos.

Establecer una rutina de autocuidado

En todo proceso, debemos buscar estar mejor con nosotros mismos y cuidar nuestra salud mental. Debemos darnos tiempo para escuchar a nuestro cuerpo e ir adaptando nuestra rutina cuando lo necesitemos. Si, por ejemplo, estamos demasiado cansados de forma permanente y nos notamos faltos de energía, quizás debamos reducir nuestros días de entreno o comer más.

Esto será más importante aún al final de nuestro proceso, porque será cuando más motivación nos falte. Tendremos que aprender a ser más flexibles y a tratarnos y mimarnos como nos merecemos. Establecer una rutina de autocuidado puede ser muy distinta según nuestros gustos, pero podemos probar a meditar, estirar, hacer yoga, journalling o simplemente practicando alguna actividad que nos guste.

A veces, al comenzar un proceso así puede parecernos interminable y, en cierto punto, incluso insoportable. Por ello es tan importante que nos cuidemos por dentro y por fuera y sepamos que todo con determinación, constancia y una buena mentalidad se puede conseguir.

2024-04-25T09:21:39Z dg43tfdfdgfd