“LA MEDIANA EDAD TRAE BENEFICIOS COGNITIVOS, SI SABEMOS CANALIZARLOS”

Gema Climent (Sagunto, 1971) es neuropsicóloga y psicóloga forense y también se dedica a la divulgación científica. En 2008 fundó Nesplora, una empresa especializada en incorporar los últimos avances de tecnología a la salud mental. Ha trabajado con realidad virtual para crear test neuropsicológicos y tratamientos en distracción activa y prevención del acoso escolar. Esto le ha valido varios reconocimientos. En 2018 fue elegida por la revista Forbes como una de las 50 mujeres más influyentes en el ámbito de la tecnología en Europa y se colocó en el top 100 mujeres líderes en España en innovación.

Acaba de publicar Viaje a tu cerebro. Factores clave y desafíos de la salud cognitiva en la mediana edad (Sinequanon), donde habla de los retos, las ventajas y los inconvenientes del envejecimiento del cerebro a partir de los 50, una etapa a la que se refiere como “la mediana edad”.

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¿Por qué explorar este tema en particular?

Porque no se habla mucho de la diversidad cognitiva en el cerebro sano durante la mediana edad. Es una etapa rara, en la que empezamos a darnos cuenta de muchas cosas, en especial si no hemos dormido o si trabajamos mucho. Pero es una fase muy particular que no debemos ver como un declive, sino como un crecimiento. Hay cambios negativos, claro, pero también hay algunos cambios positivos que me parece importante destacar y que debemos comprender mejor para poder aprovechar al máximo esta fase, porque es una época esplendorosa, muy bonita. Es importante desmitificarla y dejar de verla con una mirada tan negativa. La mediana edad trae consigo grandes beneficios si sabemos canalizarlos.

Por lo general, a partir de los 50 solo se habla del declive cognitivo y de las patologías.

Porque se ha investigado mucho en patologías cognitivas, pero poca gente investiga el cerebro normal, de personas sanas. Además, la normalidad es un concepto que se va moviendo con el tiempo. Y menos mal, porque hay cosas que hace tiempo no se consideraban normales o no se aceptaban y ahora sí. Lo que antes podía ser una patología, ahora no lo es. Tenemos que ver esta época no como un declive, sino como un crecimiento.

[A partir de los 50] Es una fase muy particular que no debemos ver como un declive, sino como un crecimiento. Hay cambios negativos, claro, pero también hay algunos cambios positivos

Gema ClimentNeuropsicóloga

Hágame un resumen de sus hallazgos y luego profundizamos un poco más.

En el libro explico cómo en esta etapa adquirimos una mayor capacidad de abstracción, de ver las cosas desde un plano más general y holístico. También profundizo en las ventajas del incremento del control emocional y las habilidades sociales que se dan en estas décadas. Y abordo los declives en velocidad de procesamiento, memoria y atención multitarea. La clave está en encontrar un equilibrio, aprovechando lo positivo y compensando lo negativo.

Vamos a ahondar un poco en esos cambios. ¿Qué aspectos cognitivos negativos se experimentan en la mediana edad?

Perdemos velocidad de procesamiento, memoria y atención, lo que dificulta las tareas complejas y que requieren multitarea. Pero esto es normal y esperado, al igual que un atleta de 20 años corre más rápido y tiene más fuerza física que yo a mis 50 años. En el cerebro pasa lo mismo con las capacidades cognitivas fluidas como la velocidad de procesamiento mental. También tendemos a ser más rígidos mentalmente, menos flexibles, y nos sentimos más cómodos en terreno conocido, lo que puede llevarnos a sesgos y dificultad para adaptarnos a nuevas situaciones si no tenemos cuidado. La flexibilidad cognitiva es clave para mantenernos ágiles y abiertos a cambios.

La flexibilidad cognitiva es clave para mantenernos ágiles y abiertos a cambios

Gema ClimentNeuropsicóloga

¿Alguna cosa más? Y luego vamos a lo positivo.

Otro aspecto negativo es que tendemos a tener más problemas con la memoria de trabajo, esa capacidad de mantener y manipular información en nuestra mente por períodos cortos. Esto impacta nuestra habilidad de multitarea. También somos más propensos al fenómeno de la "punta de la lengua", esos bloqueos momentáneos para recordar una palabra específica que todos hemos experimentado.

Ahora que lo menciona: ¿Por qué se da más este olvido momentáneo de palabras a medida que envejecemos?

En el fenómeno de la punta de la lengua, sabemos que conocemos esa palabra, pero no logramos recuperarla en ese momento. Suele volver después de un rato, cuando dejamos de forzar su recuerdo. Es molesto, pero normal con la edad y puede deberse a una combinación de factores: mayor vocabulario y conocimientos acumulados a lo largo de la vida, menor velocidad de procesamiento para acceder a esa información de forma rápida, y problemas de almacenamiento temporal de la información en la memoria de trabajo. Pero no es algo necesariamente preocupante si es ocasional. Lo sería si se repite con mucha frecuencia y no puedes acceder al léxico básico, lo que podría indicar un problema más serio de anomia o deterioro cognitivo. Pero en general, es un fenómeno bastante común que no debería preocuparnos en exceso.

El fenómeno de 'la punta de la lengua' sería preocupante si se repite con mucha frecuencia y no puedes acceder al léxico básico, lo que podría indicar un problema de anomia o deterioro cognitivo

Gema ClimentNeuropsicóloga

¿Y qué aspectos positivos destacaría de esta etapa de la vida desde el punto de vista cognitivo?

Tenemos mayor capacidad para postergar recompensas, planificar a largo plazo y aceptar refuerzos negativos en proyectos, lo que es muy valioso en el ámbito laboral y personal. Esta habilidad de tener metas a futuro y perseverar a pesar de los obstáculos es clave para el éxito. También somos más hábiles socialmente y manejamos mejor las emociones, como se evidencia en estadísticas de conductas agresivas e impulsivas que disminuyen con la edad. Nuestro control emocional e inteligencia emocional se incrementan notablemente.

Esto ya empieza a gustarme más. ¿Hay más ventajas?

También somos más capaces de ver más la fotografía general y relacionar lo concreto con lo abstracto, algo que se asocia con la sabiduría y que solo se logra con la acumulación de experiencias a lo largo de los años. Esta capacidad de abstracción y de tener una visión más holística nos permite tomar mejores decisiones, siempre y cuando mantengamos una mente abierta y no nos anquilosemos en ideas fijas. El equilibrio entre sabiduría y flexibilidad es clave. Otra ventaja es que tendemos a tener un mayor vocabulario y conocimientos generales más amplios que cuando éramos jóvenes. Esto nos da una base más sólida para seguir aprendiendo y haciendo conexiones entre ideas.

La capacidad de abstracción y de tener una visión más holística nos permite tomar mejores decisiones

Gema Climent Neuropsicóloga
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En el ámbito laboral, cumplir los 50 a veces puede ser una condena ¿Cómo podemos aprovechar estos aspectos positivos en este ámbito?

Un profesional de mediana edad con vasta experiencia puede ser un activo importante en el trabajo, incluso más que uno joven. Lamentablemente, a veces hay edadismo y se nos considera poco adaptables a las nuevas tecnologías, cuando hemos estado adaptándonos constantemente a lo largo de nuestras vidas a diferentes cambios y avances. Esta mentalidad cerrada es un desperdicio de talento.  La combinación de sabiduría, visión estratégica, manejo emocional y la habilidad para ver la fotografía completa que adquirimos con la edad, nos hace empleados y líderes muy valiosos si se nos da la oportunidad. Podemos aportar mucho más que solo conocimientos técnicos. Nuestra capacidad de planificación, resolución de problemas, mentoría y toma de decisiones difícilmente puede ser igualada por profesionales más jóvenes. En roles que requieren relacionarse con otros, tratar con situaciones ambiguas o manejar el estrés, los trabajadores de mediana edad también tendemos a tener una ventaja por nuestro mejor control emocional. Somos más empáticos, pacientes y ecuánimes.

Desde su experiencia, ¿qué estrategias recomienda para mantener un cerebro sano y activo en la mediana edad?

Es importante ser proactivo. Podemos reaprender o desaprender cosas para volver a aprenderlas, lo que estimula el cerebro y lo mantiene plástico. También es clave la socialización y mantenerse activo mentalmente, en lugar de simplemente consumir información pasivamente. Actividades como aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento, retomar viejos hobbies o incluso actividades aparentemente sencillas como rapear pueden ser muy beneficiosas. Pero además de aprender cosas nuevas, es importante seguir practicando y utilizando nuestros conocimientos y habilidades previos. No dejar de leer, escribir, hacer cálculos mentales, etc. Ese es un error común, creer que solo lo nuevo estimula el cerebro cuando en realidad necesitamos una combinación de retos novedosos y el mantenimiento de destrezas ya adquiridas.

Nuestra capacidad de planificación, resolución de problemas, mentoría y toma de decisiones difícilmente puede ser igualada por profesionales más jóvenes

Gema ClimentNeuropsicóloga

¿El ejercicio también es bueno para la salud cognitiva?

Sí, recomiendo hacer ejercicio físico regular, llevar una alimentación saludable, mantener un buen descanso y un estilo de vida activo en general. El cerebro no funciona aislado, por lo que su salud depende de nuestro bienestar integral. Otra estrategia muy poderosa para estar sanos desde el punto de vista cognitivo es seguir exponiéndonos a nuevas experiencias, viajar, conocer gente diferente, salir de nuestra zona de confort. Esto nos obliga a adaptarnos y estimula la plasticidad cerebral. La flexibilidad cognitiva es clave para un envejecimiento cognitivo óptimo.

Los mayores nos quejamos de que las generaciones más jóvenes estén perdiendo habilidades debido a la omnipresencia de la tecnología. ¿Comparte esta preocupación?

No mucho. Ellos no echarán de menos lo mismo que nosotros, al igual que yo no extraño no haber salido de mi pueblo de joven. Cada generación vive su realidad y se adapta a ella. Lo importante es estudiar los efectos a largo plazo del uso de la tecnología en lugar de especular. Confío en que los jóvenes resolverán mejor que nosotros los desafíos como las adicciones tecnológicas. Sí, creo que debemos estar alerta ante posibles problemas como la falta de habilidades sociales presenciales, dificultades de atención sostenida, sobre estimulación por el bombardeo constante de información, etc. Pero también veo muchos beneficios cognitivos del uso tecnológico, como mayor exposición a diversidad de conocimientos, facilidad para acceder a información, desarrollo de nuevas formas de inteligencia, etc. Lo clave es encontrar un equilibrio saludable y no dejarnos absorber por completo en lo virtual, manteniendo un estilo de vida activo e interacciones sociales significativas cara a cara. La tecnología es una herramienta poderosa que bien utilizada, puede ser muy valiosa.

Una estrategia muy poderosa para estar sanos desde el punto de vista cognitivo es seguir exponiéndonos a nuevas experiencias

Gema ClimentNeuropsicóloga

Hablemos del futuro de la longevidad y el envejecimiento en nuestra sociedad ¿Qué retos y oportunidades visualiza?

Vivimos en una zona privilegiada donde la cultura promueve la longevidad como algo positivo, en contra del edadismo. Pero debemos organizarnos mejor para aprovechar la sabiduría de los mayores y combinar sus cerebros con los de los jóvenes. Ambos tienen mucho que aportar. Es una pena cuando veo muestras de falta de respeto hacia las personas mayores que podrían enseñarnos tanto.

También habrá que replantearnos conceptos laborales, ya que un profesional de 65 años hoy es muy distinto a uno de esa edad hace 40 años, con un cerebro más sano, según estudios recientes. Tendremos que redefinirnos y adaptarnos a estas nuevas realidades del envejecimiento exitoso. 

Por otro lado, con los avances en neurociencia, tecnología y medicina, es posible que en un futuro podamos retrasar e incluso revertir algunos de los declives cognitivos asociados al envejecimiento. Técnicas como la estimulación cerebral no invasiva, la neuroregeneración mediante células madre, las interfaces cerebro-máquina, etc. abren un mundo de posibilidades apasionantes. El reto será lograr que estas innovaciones estén disponibles de forma accesible y equitativa para toda la población. También habrá que educar a la sociedad para cambiar la mirada negativa hacia la vejez y verla como una etapa más de la vida con sus propias fortalezas y oportunidades. En general, veo un futuro muy prometedor si logramos aprovechar los beneficios del envejecimiento poblacional en lugar de verlo como una carga. Personas mayores sanas, activas y con su sabiduría aprovechada pueden ser un motor de progreso social, cultural y económico.

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