CONOCE A TINA, LA PRIMERA NIñA NEANDERTAL CON SíNDROME DE DOWN A QUIEN DIERON CARIñO PARA QUE SOBREVIVIERA

Un equipo de científicos de la Universidad de Alcalá (España) ha analizado la estructura de un oído que le pertenecía a Tina, una neandertal de 6 años que necesitó los cuidados de su familia porque tenía síndrome de Down.

A raíz de que sufría diversas patologías en el oído, los paleoantropólogos determinaron que Tina fue cuidada desinteresadamente durante su vida, ya que, de lo contrario, no hubiese sobrevivido, según la autora del estudio. En la actualidad, gracias al apoyo social, las personas con síndrome de Down presentan una expectativa de vida de 60 años en países desarrollados.

Tina, la neandertal con síndrome de Down a quien cuidaron sin esperar nada a cambio

El análisis del fósil de un oído perteneciente a un niño de 6 años (nombrado CN-46700), descubierto en Valencia (España) en los años 80, ha permitido identificar el primer caso de síndrome de Down entre los neandertales, nuestros parientes evolutivos que desaparecieron hace aproximadamente 40.000 años. Las investigaciones estuvieron a cargo de un equipo de paleoantropología de la Universidad de Alcalá y otras instituciones afines.

Los científicos que han realizado el estudio concluyen que este hallazgo demuestra que los neandertales también cuidaban de los más débiles sin necesitar cambiar este favor por algo, un comportamiento altruista que se creía exclusivo del Homo sapiens.

Según Mercedes Conde Valverde, codirectora de la Cátedra de Investigación Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología, las patologías encontradas en ese oído son una de las características de personas con síndrome de Down. "Para sobrevivir a los 6 años, ese individuo no solo necesitó ayuda de su madre, sino de todo el grupo, porque tenía problemas de audición, equilibrio, vértigos y otitis recurrentes", señaló la experta.

Modelo en 3D del oído interno del neandertal de 6 años de edad. Foto: Science Advances

Las claves del niño con síndrome de Down del yacimiento Cova Negra

Una característica que distingue a los Homo sapiens de los neandertales es el hueso petroso, una parte del cráneo situada detrás de las orejas, cuya densidad le ha valido el apodo de "peñasco". Cuando se encontró el hueso petroso de un niño en Cova Negra, un yacimiento rupuestre-neandertal del Paleolítico cerca de Xàtiva (Valencia), dirigido por Valentín Villaverde, catedrático emérito de Prehistoria de la Universidad de Valencia, se pensó que era un neandertal común.

Ignacio Martínez y Mercedes Conde-Valverde, expertos en la audición de sapiens y neandertales, analizaron el fósil mediante tomografía axial computarizada y descubrieron marcas de malformaciones congénitas asociadas al síndrome de Down.

Imagen de Cova Negra, una ventana única a la prehistoria de la región. Foto: Universidad de Valencia

No se puede determinar si el niño de Cova Negra era varón o mujer, pero las lesiones en su oído interno probablemente lo dejaron sordo y con problemas de equilibrio. "Desde el primer momento, la percibimos como una niña. Entonces, el nombre que le hemos puesto es Tina, por Valentín Villaverde, director del yacimiento", explicó Conde Valverde.

Los investigadores remarcan que es casi imposible que el niño hubiera sobrevivido seis años sin el cuidado de su madre y otros miembros de su familia, según el estudio publicado en Science Advances.

Mercedes Conde e Ignacio Martínez Mendizábal, autores del estudio. Foto: Universidad de Alcalá

Los casos más antiguos de síndrome de Down

En nuestra especie, los casos más antiguos de síndrome de Down se remontan a hace 5.000 años, según observaciones en el ADN, y ninguno de los niños identificados sobrepasó los 16 meses de vida. Aunque no se ha podido datar el hueso del niño de Cova Negra, las fechas del yacimiento son de hace entre 270.000 y 146.000 años.

En 1929, la esperanza de vida de los niños con esta condición era de solo 9 años, destacan los autores del estudio. Hoy en día, gracias a los avances médicos y al apoyo social, las personas con síndrome de Down viven unos 60 años en los países desarrollados.

La arqueóloga Patxuka de Miguel elogia el estudio y señala que, en todas las sociedades, la supervivencia se basa en la colaboración y el cuidado de todos sus miembros. Edgard Camarós, arqueólogo de la Universidad de Santiago de Compostela, a su turno, considera que el análisis resulta convertirse en una piedra angular para comprender los procesos evolutivos en las relaciones entre individuos de la misma especie.

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